Bloqueos en Chihuahua y en el país: productores se movilizan por crisis en el campo.
- Rigoberto Manases Hernández Bremer
- 24 nov
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Chihuahua, México — 24 de noviembre de 2025.Hoy, productores agrícolas de Chihuahua y de distintos estados del país se vieron obligados a salir a las carreteras para exigir lo que durante años el Gobierno Federal les ha negado: apoyos reales, precios justos y diálogo efectivo. Los bloqueos registrados en Delicias, en el tramo Delicias–Chihuahua, así como la toma de la aduana del Puente Internacional Córdova–Las Américas en Ciudad Juárez, forman parte de un paro nacional que refleja el abandono que vive el campo mexicano.
Las causas son claras. El campo enfrenta una crisis severa por la eliminación de programas de apoyo, el aumento de insumos, la falta de precios de garantía y la incertidumbre provocada por decisiones federales en temas como el agua y la importación de granos. Productores pequeños y medianos denuncian que ya no pueden cubrir los costos de producción y que, pese a múltiples llamados, la Federación ha evitado establecer una mesa de trabajo seria y responsable.
Los bloqueos no surgieron de la nada: son la consecuencia de años de omisiones y de un gobierno que prometió “primero los pobres”, pero que ha desmantelado los mecanismos que sostenían la productividad del campo. Hoy, miles de familias campesinas se sienten ignoradas y acorraladas, y recurren a estas medidas extremas para no perder sus tierras, sus cosechas y su futuro.
Lo que ocurre en Chihuahua se replica en estados como Sonora, Sinaloa, Durango, Zacatecas, Tamaulipas y Jalisco. La magnitud del paro evidencia que no se trata de un problema aislado, sino de una crisis nacional que golpea a quienes producen los alimentos del país. Y mientras el sector agrícola se moviliza, las autoridades federales permanecen al margen, sin ofrecer soluciones ni voluntad política para atender la problemática.
Hoy, desde Chihuahua, se hace un llamado a que la Federación deje de evadir su responsabilidad y atienda de manera inmediata las demandas del campo. Las familias productoras no pueden esperar más. México necesita políticas públicas que les brinden certidumbre, respeto y condiciones para seguir trabajando.






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